¡Hola a todos, queridos exploradores del comercio global! Como sabéis, me encanta desgranar los temas que realmente importan para triunfar en este mundo tan apasionante y, a menudo, un poco laberíntico.
Hoy vamos a tocar un punto clave que genera muchas dudas: ¿es lo mismo tener un certificado de inglés comercial impecable que desenvolverse como pez en el agua en la práctica diaria del comercio internacional?
¡Ay, amigos! Si creéis que con solo un título ya lo tenéis todo hecho, la realidad os espera con sorpresas. Desde mi experiencia personal, he visto a muchísimos profesionales con credenciales impresionantes que luego se topan con una pared cuando tienen que negociar un contrato complicado en tiempo real, adaptarse a los matices culturales de una reunión o simplemente entender la jerga que no viene en los libros.
Y es que el mundo del comercio internacional, con sus constantes cambios y la irrupción de nuevas tecnologías como la IA y el Big Data, exige mucho más que una simple nota en un examen.
Necesitamos ser camaleones, capaces de adaptarnos a la digitalización de los procesos y a las nuevas alianzas comerciales que surgen sin parar. La teoría es fantástica, un pilar fundamental, sí, pero la calle, la negociación real, la improvisación y esa habilidad de “leer entre líneas” son un juego completamente distinto.
Este post no solo os va a resolver la incógnita, sino que os abrirá los ojos a lo que de verdad necesitáis para no solo sobrevivir, sino prosperar y liderar en este mercado tan competitivo.
Vamos a ver por qué vuestro certificado es solo el principio y cómo podéis convertir esa teoría en una práctica imbatible, algo que os hará destacar de verdad.
¡Te lo voy a explicar de forma clara y con ejemplos de la vida real que te harán pensar!
El Abismo entre la Teoría y la Arena del Negocio

Siempre lo digo: los libros son maravillosos, una base sólida para cualquier carrera. Pero en el comercio internacional, la teoría es solo el mapa, no el viaje en sí mismo. Imagina que tienes un certificado de inglés comercial con la máxima puntuación, sabes la gramática al dedillo, el vocabulario técnico te lo conoces como la palma de tu mano. ¡Fantástico! Ahora bien, ¿qué pasa cuando te sientas frente a un potencial cliente en una reunión virtual, y este empieza a usar expresiones idiomáticas que nunca has oído, o a hablar con un acento tan marcado que apenas le entiendes? La rigidez académica, por muy brillante que sea, se desmorona. De repente, la seguridad que te daba ese papel se convierte en una barrera.
Cuando los Libros se Quedan Cortos
Mi experiencia me ha enseñado que el mundo real no espera a que busques en un diccionario la palabra exacta. Recuerdo una vez que estaba negociando un acuerdo de distribución en México. Todo iba genial, el inglés fluido de ambas partes parecía un puente inquebrantable. Sin embargo, en un momento crucial, el empresario mexicano dijo “no le busques tres pies al gato”. Yo, con mi inglés “perfecto”, me quedé completamente en blanco. ¿Qué gato? ¿Qué tres pies? La situación se volvió tensa por un instante, hasta que uno de mis colegas me dio un codazo y me susurró la equivalencia. Esos detalles culturales, esas formas de hablar tan nuestras, no se aprenden en ningún examen estandarizado. Se absorben con la experiencia, la inmersión y, a veces, a base de meter la pata.
La Comunicación Auténtica es el Verdadero Activo
No se trata solo de traducir palabras, sino de transmitir intenciones, de entender los silencios, de captar el subtexto. Un certificado te valida tu conocimiento del idioma, sí, pero no tu capacidad para construir confianza, para persuadir o para resolver un conflicto en tiempo real. He visto a personas con un inglés menos pulcro pero con una habilidad interpersonal asombrosa, cerrar negocios multimillonarios, porque sabían conectar, sabían escuchar y sabían adaptarse. La comunicación en el comercio internacional es un baile complejo, no una recitación de vocabulario. Es por eso que, personalmente, valoro muchísimo más la fluidez conversacional y la agilidad mental para adaptarse que la perfección gramatical.
Dominando la Negociación: Más Allá de las Palabras
La negociación es el corazón del comercio internacional, ¿verdad? Y aquí es donde la diferencia entre el inglés “de examen” y el inglés “de batalla” se hace más evidente. No es solo lo que dices, sino cómo lo dices, cuándo lo dices y, lo más importante, si lo que dices resuena con la otra parte. Un buen negociador no es un loro que repite frases hechas, sino un estratega que entiende las motivaciones ajenas, que sabe leer el lenguaje corporal y que, con su fluidez comunicativa, puede desarmar objeciones y construir puentes de entendimiento. Créanme, he estado en mesas de negociación donde el silencio decía más que mil palabras, y la forma en que se rompía ese silencio era crucial.
La Inteligencia Emocional en el Intercambio Comercial
Uno de los mayores descubrimientos en mi carrera fue darme cuenta de que las emociones juegan un papel gigantesco en cualquier negociación. Un certificado de inglés comercial te enseña a escribir un email formal, pero no te prepara para manejar la frustración de un cliente, la impaciencia de un proveedor o la presión de cerrar un trato bajo un plazo ajustado. He aprendido que la capacidad de mantener la calma, de empatizar con la otra parte, de buscar soluciones creativas y de comunicar esa empatía en un idioma que no es el tuyo, es un superpoder. Es la diferencia entre un acuerdo firmado con satisfacción mutua y una puerta que se cierra. Mi propio proceso de aprendizaje fue a base de errores, de sentirme abrumada y luego analizar qué había fallado en la interacción emocional. Eso, amigos, no se lee en ningún libro de texto.
La Adaptabilidad Como Clave del Éxito
El mundo del comercio internacional está en constante evolución. Nuevas regulaciones, cambios geopolíticos, la irrupción de tecnologías disruptivas… todo esto exige una capacidad de adaptación brutal. El inglés que aprendiste en un curso hace cinco años puede ser “correcto”, pero ¿es funcional para discutir las implicaciones de un nuevo arancel o las especificaciones técnicas de un software de logística basado en IA? La práctica te obliga a mantenerte actualizado, a aprender vocabulario sobre la marcha y a desaprender lo que ya no sirve. Es un entrenamiento continuo, una mentalidad de crecimiento que va mucho más allá de recordar una lista de phrasal verbs. De hecho, muchas veces, la simpleza y la claridad son más valoradas que un vocabulario sofisticado, especialmente cuando hay barreras lingüísticas implícitas. He visto cómo se cierran tratos simplemente por la capacidad de simplificar mensajes complejos.
Nuevas Tecnologías: El Idioma de la Innovación Global
No podemos hablar de comercio internacional sin hablar de tecnología. La inteligencia artificial (IA), el Big Data, el blockchain, la automatización… estas no son solo palabras de moda; son herramientas que están redefiniendo cómo hacemos negocios. Y sí, aunque parezca mentira, dominar el inglés comercial no es suficiente si no entiendes cómo estas tecnologías impactan en la cadena de suministro, en la logística, en la comunicación con los clientes o en la toma de decisiones. Es un nuevo dialecto dentro del inglés comercial, uno que exige que estés al día con los avances y con la jerga específica que los acompaña. No vale con saber decir “shipment”, ahora necesitas entender “predictive analytics” en logística.
El Léxico Digital que No Espera
Recuerdo una vez en una conferencia en línea, donde se hablaba de la optimización de rutas marítimas a través de algoritmos de IA. Los ponentes, todos con un inglés impecable, utilizaban términos como “machine learning in predictive freight”, “smart contracts on blockchain for customs” o “real-time data analytics for supply chain visibility”. Si solo hubiese dependido de mi certificado de inglés comercial, me habría sentido completamente perdida. Pero gracias a estar inmersa en el día a día, leyendo blogs especializados, participando en foros y, sinceramente, “googleando” mucho, pude seguir el hilo y hasta participar con preguntas relevantes. Es una carrera de fondo para mantenerte al día con el vocabulario técnico que surge casi a diario en estos campos.
Preparando Tu Rol para el Mañana
El profesional del comercio internacional del futuro no solo hablará inglés, sino que “hablará” IA, “hablará” Big Data, “hablará” ciberseguridad. Esto significa que debemos ir más allá de los conocimientos lingüísticos básicos y adentrarnos en entender los conceptos y la terminología de estas tecnologías. Esto no solo te hará un interlocutor más valioso, sino que te permitirá anticipar tendencias y proponer soluciones innovadoras. Es como aprender un nuevo idioma dentro del idioma, una especialización que te diferencia de la mayoría. Y mi consejo, basado en lo que veo cada día, es que empieces a empaparte de esto YA.
La Construcción de la Confianza: Un Puente Inquebrantable
En el comercio internacional, la confianza es el lubricante que hace que todo funcione. Puedes tener el producto más innovador y el mejor precio, pero si no generas confianza con tus socios, proveedores o clientes, todo puede venirse abajo. Y aquí es donde la comunicación, más allá de la corrección gramatical, juega un papel estelar. No se trata solo de que te entiendan, sino de que te crean. He visto cómo pequeños gestos, una frase bien dicha en el momento oportuno o incluso un error bien gestionado, pueden fortalecer lazos de forma impensable. Mi propia experiencia me ha demostrado que los negocios más duraderos se construyen sobre cimientos de confianza mutua, no solo de contratos.
Gestos que Hablan Más Fuerte que Mil Palabras
Una de las lecciones más valiosas que he aprendido es que a veces, un correo electrónico perfectamente redactado en inglés no tiene el mismo impacto que una llamada telefónica improvisada para aclarar una duda, o incluso un mensaje de voz más personal. La calidez, la disposición a ir más allá de lo estricto, esa chispa humana, es lo que realmente marca la diferencia. Recuerdo una situación en la que un envío se retrasó por problemas aduaneros inesperados. En lugar de limitarme a enviar un email formal, llamé directamente al cliente para explicarle la situación, disculparme sinceramente y ofrecer soluciones proactivas. La respuesta fue un “gracias por la honestidad, esto pasa, sé que lo estás gestionando”. Ese cliente se convirtió en uno de mis más leales, y todo por una simple conversación honesta y empática, aunque mi inglés no fuera de libro en ese momento.
Superando Barreras: La Humildad y la Persistencia
Habrá momentos en los que no entiendas algo, o en los que te equivoques. Y está bien. Lo importante es cómo gestionas esos momentos. La humildad para pedir que te repitan algo, la persistencia para buscar la claridad y la confianza para reconocer un error y corregirlo, son habilidades mucho más valiosas que la capacidad de evitar cualquier fallo gramatical. He notado que cuando muestro mi lado humano, cuando reconozco que no lo sé todo, mis interlocutores tienden a ser más comprensivos y colaborativos. Es un reflejo de que la autenticidad, incluso en un entorno profesional tan exigente, siempre gana. Y, sinceramente, me he reído muchas veces de mis propios errores lingüísticos, y eso ha ayudado a relajar el ambiente en negociaciones tensas.
La Cultura como Lenguaje Silencioso del Comercio

Ah, la cultura… la gran olvidada en muchos cursos de inglés comercial. Pero, ¡ay!, qué importante es. La cultura es ese guion no escrito que rige cómo la gente se comunica, negocia, celebra y, a veces, se ofende. Un certificado te da el idioma, pero no te da el contexto cultural para usarlo apropiadamente. Es como tener un coche de lujo pero no saber las normas de tráfico del país donde vas a conducir. He visto oportunidades de negocio increíbles desvanecerse no por falta de inglés, sino por una falta de sensibilidad cultural. Es un aspecto que, en mi opinión, es tan crítico como el idioma en sí.
Errores que Cuestan Más que Dinero
He sido testigo de situaciones donde un gesto inocente o una frase malinterpretada por una diferencia cultural, han provocado un malentendido enorme. Por ejemplo, en algunas culturas asiáticas, un “sí” no siempre significa afirmación, sino a veces un simple reconocimiento de que te han escuchado. Si no entiendes esto, puedes interpretar erróneamente un acuerdo. O, en algunos países de Medio Oriente, discutir de negocios de forma muy directa y sin preámbulos, puede ser visto como una falta de respeto. Mi consejo, basado en incontables viajes y reuniones, es que investigues a fondo la cultura de tus socios comerciales. No es una opción, es una necesidad.
Tabla: Inglés Comercial vs. Práctica Real
| Aspecto | Inglés Comercial Certificado | Habilidades de Práctica Real |
|---|---|---|
| Dominio Gramatical y Vocabulario | Alto nivel de precisión formal, uso de terminología específica. | Flexibilidad, uso de jerga, modismos, simplificación para la claridad. |
| Comunicación | Formal, estructurada, enfocada en la redacción escrita. | Adaptativa, persuasiva, oral y escrita, con énfasis en el lenguaje corporal y el tono. |
| Negociación | Comprensión de contratos y términos legales. | Gestión emocional, resolución de conflictos, lectura de subtextos, construcción de confianza. |
| Contexto | Global, estandarizado, basado en reglas universales. | Culturalmente sensible, adaptable a costumbres locales, conocimiento de geopolítica. |
| Tecnología | Vocabulario técnico general. | Comprensión de IA, Big Data, blockchain y su impacto en el sector. |
El Valor Innegable de tu Certificado (con Matices)
A ver, que nadie me malinterprete: tener un certificado de inglés comercial es excelente. Es un reconocimiento formal de tu esfuerzo y de tu base de conocimientos. En mi carrera, ha sido una puerta de entrada a muchas oportunidades, un “abre-latas” inicial. Pero, como he dicho al principio, es solo eso: la puerta, no el camino completo. Es una señal para los empleadores de que tienes un nivel mínimo, una disciplina y una capacidad para aprender. Para mí, el certificado es como tener el carné de conducir; te permite salir a la carretera, pero no te convierte en un piloto de carreras experto. El verdadero aprendizaje comienza cuando pones la primera marcha y te enfrentas al tráfico.
Un Impulso Inicial que Debes Aprovechar
Cuando aplicas a un puesto de trabajo en una empresa con proyección internacional, tu certificado te posiciona por delante de otros candidatos que no lo tienen. Demuestra que te has tomado el tiempo y el esfuerzo para adquirir un conocimiento formal. Eso es muy valioso, especialmente al inicio de tu carrera. Pero la clave está en no quedarse ahí. Es como el primer escalón de una escalera larguísima. Si te quedas parado en él, nunca llegarás a la cima. Mi consejo es que uses esa credencial como una palanca, no como una muleta. Que te impulse a buscar experiencias reales, a practicar, a cometer errores y a aprender de ellos.
La Práctica Convierte el Papel en Oportunidad
Lo que me ha permitido a mí, y a muchos colegas que conozco, realmente destacar, no ha sido el título en sí, sino lo que hemos hecho con ese título. Participar en proyectos internacionales, incluso si son pequeños al principio; buscar oportunidades para comunicarte en inglés con nativos; viajar, si es posible; y, sobre todo, no tener miedo a equivocarte. Cada error en una conversación, cada malentendido en un email, es una lección invaluable que ningún examen puede replicar. Es ahí donde el inglés certificado se convierte en inglés funcional, un activo vivo y dinámico que te abre un mundo de posibilidades. Yo siempre he buscado el reto, la situación incómoda, porque sabía que ahí era donde más aprendía.
Estrategias Clave para Ser un As del Comercio Global
Entonces, ¿cómo cerramos la brecha entre el inglés de certificado y la práctica real? No hay una fórmula mágica, pero sí hay estrategias que, desde mi experiencia, funcionan a la perfección. Se trata de ser proactivo, de buscar la inmersión y de entender que el aprendizaje es un viaje continuo, no un destino. La clave está en integrar el idioma con las habilidades blandas y el conocimiento cultural de manera orgánica, casi sin darte cuenta. Mi propio camino ha estado lleno de curiosidad y de una sed insaciable por entender “el porqué” de las cosas, no solo “el qué”.
Inmersión Total: Tu Mejor Aliado
No hay atajos, amigos. Para dominar el inglés comercial en la práctica, necesitas sumergirte de cabeza. Esto significa leer noticias de economía y comercio en inglés, seguir a expertos del sector en LinkedIn, escuchar podcasts sobre negocios internacionales, ver series y películas en inglés con subtítulos… y lo más importante: ¡hablar! Busca oportunidades para practicar, únete a grupos de intercambio de idiomas, participa en seminarios web internacionales. Cuanto más te expongas al idioma en contextos reales y variados, más natural se volverá para ti. Yo personalmente tengo una regla de oro: al menos una hora al día de consumo de contenido en inglés relevante para mi sector.
Mentores y Redes: El Poder de la Comunidad
Nadie llega a la cima solo. Busca mentores, profesionales con más experiencia que tú en el comercio internacional, y aprende de ellos. Observa cómo negocian, cómo se comunican, cómo manejan los desafíos. Y no subestimes el poder de las redes de contacto. Participa en cámaras de comercio, eventos del sector, ferias internacionales. Cada conexión es una oportunidad para practicar tu inglés, para aprender de otras culturas y para construir relaciones que pueden ser invaluables para tu carrera. Mis mayores aprendizajes, a menudo, no vinieron de cursos, sino de conversaciones con personas que llevaban años en la trinchera. No tengas miedo de preguntar, de pedir consejo, de mostrar interés genuino. Eso, de por sí, ya es un idioma universal que abre muchas puertas.
글을 마치며
Así que, mis queridos exploradores del comercio internacional, como habéis podido ver a lo largo de este viaje, vuestro certificado de inglés comercial es, sin duda, un trampolín formidable. Es el billete que os permite subir al tren, una prueba irrefutable de vuestro compromiso y una base sólida sobre la que construir. Pero, y aquí viene la clave que he aprendido con los años, la verdadera magia y el éxito duradero en este fascinante mundo no residen solo en el papel, sino en vuestra capacidad de transformaros en camaleones lingüísticos y culturales. Es en el día a día, enfrentando desafíos reales, donde esa teoría cobra vida, donde las palabras se convierten en puentes y donde la confianza se forja a golpe de experiencia y adaptabilidad. No os conforméis con el aprobado, buscad la excelencia en la conexión humana y en la comprensión de cada matiz. ¡Ahí es donde se gana de verdad!
알아두면 쓸모 있는 정보
1. Inmersión Lingüística Constante: Sumérgete en el idioma más allá de lo académico. Escucha podcasts especializados en negocios, mira noticieros internacionales en inglés y lee artículos de la industria. No solo te ayudará con el vocabulario, sino que te expondrá a la forma natural en que se usa el inglés en el ámbito comercial real, y te mantendrá al tanto de las últimas tendencias económicas y comerciales que son vitales para cualquier conversación de negocios.
2. Cultiva la Inteligencia Cultural: El idioma es solo una parte de la ecuación. Dedica tiempo a investigar las costumbres, los modales y las sensibilidades de las culturas con las que vas a negociar. Un pequeño gesto de respeto cultural puede abrir más puertas que mil palabras perfectamente pronunciadas, demostrando un nivel de profesionalismo y consideración que va mucho más allá de lo meramente lingüístico.
3. Practica la Escucha Activa y la Empatía: No se trata solo de hablar, sino de escuchar y entender. En una negociación, presta atención no solo a lo que se dice, sino a cómo se dice y lo que no se dice. Intenta ponerte en el lugar del otro para comprender sus motivaciones y construir una relación más sólida, lo cual es fundamental para cualquier acuerdo exitoso y duradero.
4. Mantente al Día con la Tecnología: El comercio internacional está en constante evolución gracias a la IA, el Big Data y otras herramientas disruptivas. Familiarízate con la terminología y los conceptos de estas tecnologías en inglés. Esto te hará un interlocutor más relevante y preparado para el futuro, capaz de entender y discutir las innovaciones que están transformando el sector a una velocidad vertiginosa.
5. Busca Oportunidades de Interacción Real: No hay sustituto para la experiencia práctica. Únete a cámaras de comercio, participa en ferias virtuales o presenciales, y busca cualquier excusa para comunicarte en inglés con personas de diferentes nacionalidades. Cada interacción es una lección invaluable que te permitirá pulir tus habilidades comunicativas y ganar esa confianza tan necesaria en el mundo de los negocios internacionales.
Importante: Quédate con Esto
En resumen, mis queridos amigos y futuros líderes del comercio global, la distinción crucial que hemos explorado hoy es clara: un certificado de inglés comercial es una credencial valiosa, un cimiento firme para vuestra carrera, pero la verdadera habilidad para navegar con éxito en las turbulentas aguas del mercado internacional reside en ir mucho más allá de la gramática perfecta. Se trata de esa chispa humana, de la inteligencia emocional que os permite conectar genuinamente, de la agilidad mental para adaptaros a cualquier cambio tecnológico o cultural, y de esa persistencia inquebrantable que os impulsa a aprender de cada experiencia, buena o mala. Recordad, el comercio no es solo un intercambio de bienes o servicios, es un intercambio de confianza, de culturas y de ideas. ¡Preparad vuestras velas con conocimiento, pero navegad con sabiduría y autenticidad!
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: ero el comercio internacional es un océano vivo, un torbellino de situaciones inesperadas, y el mapa no te dice cómo surfear una ola gigante que aparece de repente o cómo un “pez gordo” cambia de dirección a mitad de la negociación. Lo que yo he notado, y lo he vivido en carne propia, es que los certificados a menudo no cubren la jerga real del día a día, las expresiones idiomáticas que pueden surgir en una conversación informal pero crucial, o la capacidad de “leer la sala” en una reunión donde la cultura juega un papel protagónico.
R: ecuerdo una vez que un colega, con un nivel de inglés impecable y varios certificados colgados en la pared, se quedó totalmente descolocado cuando un socio asiático usó una metáfora local para expresar su descontento.
El certificado no te enseña a manejar esas situaciones, a improvisar, a sentir la temperatura de la negociación o a adaptarte a acentos y modismos de distintas partes del mundo.
Es justo ahí, en la calle del comercio, donde la experiencia real marca la diferencia entre un buen profesional y uno que brilla con luz propia. Q2: Más allá del inglés, ¿qué habilidades prácticas consideras esenciales para sobresalir en el comercio internacional hoy en día, especialmente con la irrupción de la IA y el Big Data?
A2: ¡Excelente pregunta! Y aquí es donde la cosa se pone realmente interesante, porque la respuesta va mucho más allá del dominio de un idioma. Como bien señalas, la Inteligencia Artificial y el Big Data están transformando el panorama a una velocidad de vértigo, y lo que antes era una ventaja competitiva, ahora es casi una necesidad para no quedarse atrás.
Desde mi trinchera, lo que he visto que te catapultará al éxito son, sin duda, las habilidades blandas, pero con un toque muy tecnológico. Necesitas una capacidad brutal para la negociación, y no hablo solo de precios, sino de expectativas, de plazos, de matices culturales que pueden hacer o romper un trato.
La adaptabilidad es CLAVE; los mercados cambian a la velocidad de la luz, las normativas se actualizan sin parar y surgen nuevas alianzas comerciales constantemente.
Tienes que ser un camaleón, capaz de pivotar cuando sea necesario. Además, es fundamental tener una mente analítica para interpretar los datos masivos que nos ofrecen el Big Data y la IA; entender qué significan esos patrones y cómo usarlos para tomar decisiones estratégicas es oro puro.
Y, por supuesto, una comunicación intercultural efectiva, la habilidad de empatizar y conectar genuinamente con personas de trasfondos muy diferentes.
He visto a gente muy inteligente fracasar rotundamente porque no supieron navegar las diferencias culturales en un simple apretón de manos o en una propuesta de negocio.
La confianza, la verdadera, se construye con estas pequeñas, pero poderosas interacciones humanas. Q3: ¿Cómo podemos adquirir esa “experiencia de calle” y esas habilidades prácticas tan necesarias si aún estamos empezando o queremos mejorar, sin tener que esperar años?
A3: ¡Esta es la pregunta que más me gusta, porque aquí es donde ponemos manos a la obra y pasamos de la teoría a la acción! No tienes que esperar una década entera para ser un “veterano” en esto.
Mi consejo personal, y lo que yo misma he hecho y he recomendado a muchísimos que ahora están triunfando, es que te lances de cabeza a las oportunidades.
Busca pasantías (aunque sean no remuneradas al principio, si tu situación económica lo permite), involúcrate en proyectos de voluntariado que tengan un alcance internacional, asiste a webinars, conferencias y workshops de comercio exterior donde puedas interactuar directamente con profesionales del sector.
La clave está en buscar roles donde puedas aplicar tus conocimientos y, sobre todo, donde te veas en la necesidad de resolver problemas reales y comunicarte en situaciones de presión.
No te centres solo en las grandes corporaciones; las PYMES con una fuerte vocación exportadora suelen ser un campo de entrenamiento excelente porque tendrás más responsabilidades y una visión mucho más completa de todo el proceso.
Y, por favor, no subestimes el poder del networking. Conéctate con gente del sector en LinkedIn, participa activamente en grupos especializados, ve a ferias (¡sí, a las físicas también!).
Cada conversación es una oportunidad de aprender un truco nuevo, una jerga diferente, o de entender cómo funciona “realmente” el negocio. El aprendizaje continuo, la curiosidad insaciable y la proactividad son tus mejores aliados.
¡No te quedes esperando a que las oportunidades te encuentren, sal a buscarlas!






